La sexta edición de Expo Cannabis Argentina volvió a demostrar por qué es el evento más importante del país y de la región en torno a la planta. Durante tres días, miles de personas colmaron el Centro de Exposiciones Costa Salguero, donde convivieron el cultivo, la salud, la ciencia, la industria y la cultura cannábica en un mismo espacio.
Con más de 300 marcas nacionales e internacionales, cinco pabellones repletos y un extenso sector al aire libre, Expo Cannabis 2025 confirmó que el cannabis en Argentina ya no es una tendencia marginal, sino una realidad social, económica y sanitaria en crecimiento.
Sin embargo, el evento también expuso la contradicción estructural que atraviesa al sector: mientras el Estado reconoce y acompaña iniciativas educativas, científicas y productivas, buena parte de la actividad sigue sujeta a la informalidad por la falta de implementación plena de las leyes vigentes.
Una comunidad que crece incluso en tiempos difíciles
En medio de un contexto económico complejo, la Expo volvió a demostrar la fortaleza de una comunidad que no se detiene. Cultivadores, médicos, científicos, emprendedores, pacientes y curiosos se encontraron una vez más para compartir experiencias, actualizar conocimientos y sostener un reclamo común: una regulación integral y justa que contemple todos los usos del cannabis, desde el medicinal hasta el industrial.
Cada edición amplía su alcance y diversifica su público. Lo que comenzó como un encuentro de militancia y curiosidad hoy es una cita masiva donde conviven familias, profesionales de la salud, docentes, investigadores y referentes de la economía verde.
En esta edición, los visitantes recorrieron más de 15.000 metros cuadrados con propuestas interactivas, talleres prácticos, charlas científicas, espacios sensoriales y los últimos avances en innovación cannábica.
Industria y desarrollo: un sector preparado que sigue esperando
El primer día de la Expo tuvo un protagonismo especial el espacio B2B, organizado junto a la Cámara Industrial del Cannabis (CAINCCA). Allí se reunieron empresas, emprendedores e inversores del sector en una jornada enfocada en el desarrollo productivo, las oportunidades de negocio y la profesionalización de una industria que busca consolidarse con reglas claras.
Durante los paneles se abordaron los desafíos regulatorios, las trabas penales y las oportunidades de inversión en un mercado que podría generar miles de puestos de trabajo y más de 1.700 millones de dólares anuales si existiera una aplicación integral de las leyes 27.350 y 27.669.
Desde CAINCCA se insistió en la necesidad de construir una cámara diversa y federal, que incluya a pymes, cooperativas, productores, organizaciones civiles y proyectos científicos de todo el país.
Aunque el ecosistema cannábico argentino muestra profesionalismo y conocimiento técnico de nivel internacional, la Expo volvió a dejar en evidencia que la regulación avanza más lento que la realidad.
Ciencia y salud: el conocimiento como motor de cambio
El Espacio Salud y Ciencia volvió a ser uno de los ejes centrales del evento. Allí se reunieron investigadores, médicos, pacientes y divulgadores para compartir los últimos avances sobre los usos medicinales del cannabis y otras plantas terapéuticas.
El público pudo recorrer el Observatorio de Hongos, donde se mostró en vivo el crecimiento de distintas especies y se explicó su potencial medicinal, y el Observatorio de Plantas, con talleres de cultivo y análisis gratuitos de CBD.
Más de 80 investigadores del CONICET presentaron trabajos en el Concurso Nacional de Pósters Científicos, mientras 45 médicos y 39 veterinarios brindaron consultas gratuitas a lo largo de las jornadas. En total, se realizaron más de 120 actividades académicas, entre charlas, presentaciones y capacitaciones.
La doctora Celeste Romero, responsable del área de Ciencia y Salud, celebró la magnitud del espacio: “Somos una comunidad enorme, unida por la planta, la ciencia, la salud y el amor. Fue emocionante ver los observatorios llenos y los hongos nuevamente presentes en Expo Cannabis.”
Experiencias sensoriales y conciencia expandida
Otro de los grandes atractivos fue la Sala de Experiencias, un espacio donde cuerpo y mente se encuentran a través de prácticas integradoras como yoga, meditación, respiración psilotrópica, astrología interactiva, cantos armónicos y ecstatic dance.
Estas actividades, que no requieren experiencia previa, se convirtieron en una marca registrada del evento. En ellas, cientos de personas participaron de propuestas orientadas a explorar nuevas formas de bienestar y conexión.
La Expo vuelve así a demostrar que el cannabis no se reduce a una planta, sino que forma parte de una cultura más amplia, donde conviven la ciencia, la espiritualidad, la industria y la comunidad.
Voces que reflejan un movimiento diverso
La docente e investigadora Silvia Pasquaré destacó el valor de hacer ciencia en un país con recursos limitados: “Hay que seguir apostando al trabajo serio, con responsabilidad y rigor. Es la única manera de que no nos puedan callar.”
La bióloga Fresia Sofrás, del Observatorio de Plantas, remarcó el cambio en el público: “Me encanta ver cómo crece el interés y la curiosidad. La gente pregunta más, cuestiona mitos y quiere aprender. La ciencia siempre va a estar ahí para acompañar.”
Desde Familias que Producen, responsables del Observatorio de Hongos, celebraron el entusiasmo de los nuevos cultivadores: “Ver a tanta gente interesada en aprender a cultivar nos llena de orgullo. Pronto serán colegas nuestros. Agradecemos a la comunidad por acompañarnos en este camino de buscar un marco legal para los hongos, que hoy siguen en el limbo.”
Por su parte, la médica veterinaria Diana Banach subrayó la deuda pendiente con los animales: “Nuestros pacientes no humanos todavía no tienen acceso a una salud adecuada. Cultivar para ellos sigue siendo delito, y eso demuestra que todavía falta mucho por avanzar.”
Un cierre cargado de emoción y reconocimiento
La última jornada estuvo marcada por la entrega del Premio Expo Cannabis de Oro a la trayectoria a Adriana Funaro, una de las pioneras del activismo cannábico argentino.
Funaro, reconocida por su compromiso solidario y su lucha por el acceso medicinal, recibió una ovación del público: “Esta planta me salvó la vida y la de mucha gente. Construimos este camino entre todos y todavía queda mucho por andar. El movimiento no tiene techo: la planta nos une desde la medicina, la industria y, sobre todo, desde el amor.”
También subieron al escenario Eugenia Orsi (expositores), Carolina Deanigues (huerta para niños y niñas), Marcela Guerra (pueblos originarios) y Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina, quien expresó: “El cannabis nos enseña solidaridad, redes y cuidado mutuo. Venir a la Expo es un oasis de amor y empatía, un espacio donde sentimos que otro mundo es posible.”
Expo Cannabis 2025 cerró sus puertas dejando una certeza: el cambio cultural y científico en torno al cannabis es irreversible. Lo que comenzó como un movimiento de resistencia hoy es una red de conocimiento, producción y cooperación que sigue creciendo, incluso frente a los desafíos institucionales.
En tiempos de incertidumbre, la Expo volvió a demostrar que hay una comunidad organizada, solidaria y profesional que empuja hacia adelante una nueva forma de pensar la salud, la economía y la sustentabilidad.
El futuro del cannabis argentino no solo depende de nuevas leyes, sino de una voluntad colectiva que ya está en marcha.
Fuente: Revista THC



