El presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, expresó su preocupación al Gobierno por la compra de tubos de origen chino para el gasoducto del proyecto de GNL en la costa rionegrina, una decisión que —según advierten en la industria— podría poner en riesgo la continuidad operativa de la planta SIAT en Valentín Alsina, la principal productora nacional de caños para petróleo y gas.
La licitación corresponde al ducto de 480 kilómetros que requiere Southern Energy para conectar Vaca Muerta con las futuras unidades flotantes de licuefacción (FLNG) en San Antonio Este, desde donde el consorcio exportará GNL a partir de 2027. El proceso está en su tramo final y participan fabricantes de China, India, España, Grecia, Turquía, Colombia, México y Japón.
Según fuentes empresarias, la reciente llegada de 5.000 toneladas de caños chinos —parte del primer envío logístico del proyecto— encendió las alarmas en el sector siderúrgico. Tenaris, del Grupo Techint, habría cotizado entre un 10% y 25% por encima de proveedores asiáticos y europeos, una diferencia que pesa en obras donde los márgenes son ajustados y la competitividad del GNL depende de una estructura de costos extremadamente eficiente.
SIAT, fundada en 1948 y con entre 300 y 400 empleados, produce tubos sin costura y con costura para proyectos estratégicos como los ductos del programa Duplicar Norte. La eventual pérdida del contrato del GNL podría comprometer su actividad en un momento en que el mercado local depende casi por completo del desarrollo de Vaca Muerta.
En el consorcio energético remarcan que la presión por reducir costos es determinante: el precio del acero es uno de los componentes que más influye en la viabilidad del proyecto bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Una diferencia del 10% al 20% en los tubos puede traducirse en decenas de millones de dólares adicionales en el presupuesto total.
El esquema económico del negocio exige que el transporte del gas se mantenga por debajo de los US$ 2 por MMBTU, para que la operación sea rentable entre mercados como Europa y Asia. Con precios de referencia de US$ 4,5 en boca de pozo, US$ 3 en licuefacción y US$ 1,2 en flete marítimo, cada punto porcentual de ahorro resulta decisivo.
La preocupación de Rocca incorpora un dato adicional: el peso del capital chino en la estructura del proyecto. Southern Energy integra a CNOOC, la petrolera estatal del gigante asiático que posee el 25% de Bridas. En Techint interpretan que esta presencia incrementa las probabilidades de que se privilegie la compra de acero asiático en detrimento de proveedores locales.
La tensión entre precios internacionales y desarrollo nacional reaparece, pero en un contexto distinto: se trata de un proyecto que puede inaugurar de forma permanente la exportación de GNL desde Argentina. Para la industria metalúrgica, quedar afuera implicaría resignar una oportunidad de alto impacto estratégico en la cadena de valor de Vaca Muerta.
Desde el Gobierno aseguran que la licitación será estrictamente competitiva y que no habrá requisitos de contenido local obligatorio. En el mercado, sin embargo, señalan que Tenaris enfrenta competencia global de fabricantes que han logrado reducir costos y mejorar plazos, especialmente firmas indias, turcas y japonesas.
Lo que está en juego excede el contrato: es la primera obra troncal de un negocio exportador que podría generar más de US$ 2.500 millones al año una vez operativo. Southern Energy prevé despachar 2,45 millones de toneladas de GNL en 2027 y sumar 3,5 millones en 2028, mientras que YPF avanza en paralelo en un proyecto de mayor escala junto a ENI y ADNOC.
Ambos desarrollos demandarán grandes volúmenes de acero, ampliación de infraestructura portuaria y nuevos frentes de obra en la costa rionegrina. La definición de esta licitación, coinciden analistas y empresarios, será clave para determinar si la industria nacional tendrá un rol protagonista o quedará relegada en el despegue del GNL argentino.
La decisión final también marcará el tono de la relación entre el sector energético y el entramado industrial, en un momento en que la política pública busca atraer inversiones, reducir costos y, al mismo tiempo, sostener capacidades productivas locales para acompañar el crecimiento del país.
Fuente: Info Energía



