Remedios para VIH: La política en falta

Organizaciones de personas con VIH continúan reclamando por irregularidades en la entrega de medicación y exigen respuesta de las autoridades de Salud. Aseguran que hay faltantes de antirretrovirales desde junio y alertan que a fin de año podrían ser 18 los medicamentos sin stock. La incertidumbre creció tras los resultados electorales y la devaluación del peso.

“Sin medicación nos morimos, nos matan”, fue la frase más escuchada la semana pasada en la puerta del ex Ministerio de Salud, durante la manifestación convocada por el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, en reclamo por las irregularidades en la provisión de medicamentos que han estado padeciendo desde el comienzo de la gestión de Cambiemos.

Además, piden que se regularicen las compras públicas para garantizar la provisión de antirretrovirales y denuncian la falta de transparencia en el uso del presupuesto asignado a la Dirección Nacional de SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual (DNSyETS). La incertidumbre sobre el acceso a estos medicamentos se incrementó tras los resultados electorales del domingo y la devaluación del peso. Los manifestantes esperaban ser recibidos por el ahora secretario de Salud, Alfredo Rubinstein, para entregarle un petitorio firmado por más de 30 organizaciones civiles, pero debieron dejarlo por escrito.

La Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP) había difundido un informe de la DNSyETS en el que figuran las compras realizadas, las programadas y la cantidad de medicamentos en stock, en el cual se pudieron corroborar las denuncias de faltantes de medicamentos antirretrovirales que la organización civil venía recibiendo desde diferentes regiones sanitarias del país.

“Es la segunda vez en el año que intentamos ver a Rubinstein pero nunca nos dio audiencia”, le dijo a TSS José María Di Bello, presidente de Fundación GEP, y agregó que hace dos meses que no hay stock de una combinación de tres antirretrovirales (tenofovir, emtricitabina y efavirenz), que era reemplazada por dos pastillas en vez de una, pero el 10 de julio se quedaron sin stock de una de las que estaban entregando por separado, el efavirenz 600.

La manifestación fue convocada por el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, en reclamo por las irregularidades en la provisión de medicamentos que han estado padeciendo desde el comienzo de la gestión de Cambiemos.

Además, en julio también se terminó el stock de otras dos combinaciones de antirretrovirales (darunavir más ritonavir) y cuando termine agosto se sumarán al menos dos formulaciones más (lamivudina, zidovudina y raltegravir). “El 15 de agosto también se terminaba el stock de maraviroc, que era una de las compras que estaba iniciada pero no aprobada ni adjudicada, pero lograron adjudicarla en 48 horas, junto con la compra de darunavir y ritonavir, mediante una compra directa al Laboratorio Richmond, que primero había hecho una donación, por la que pagaron un precio exorbitante”, recordó Di Bello. La lista continúa y, de no modificarse la situación, en la Fundación GEP estiman que para fin de año podría haber faltantes de 18 antirretrovirales.

“También empezamos a recibir denuncias sobre faltantes de la triterapia de tuberculosis, que recién se van a estar recibiendo a principios del año que viene, porque fue comprada por OPS –una metodología de compras conjuntas con otros países de la región, a través del Fondo Estratégico de la Oficina Panamericana de la Salud, que les permite a los Estados acceder a medicamentos a precios muy inferiores a los del mercado– pero retrasaron mucho el pago”, agregó. La tuberculosis es una enfermedad causada por una bacteria que afecta principalmente a los pulmones y constituye, según datos de la Fundación Huésped, “la principal causa de muerte entre las personas con VIH”.

Las autoridades sanitarias siguen sin dar respuesta al petitorio entregado por los manifestantes, aunque sí habían respondido a las denuncias faltantes de medicamentos a través de un comunicado, en el que solo reconocen la “disminución de stock en algunas jurisdicciones” de una combinación (duranavir más ritonavir), algo que atribuyen a un incremento “considerable” en la demanda relacionado con nuevas recomendaciones nacionales e internacionales.

“¿Qué quieren decir? ¿Que fuimos en horda a pedir que nos den esa droga y entonces nos dejan de dar lo que estábamos tomando? Las personas con VIH en general tenemos temor y reticencia a cambiar un esquema de tratamiento si está funcionando bien, hasta cuando un cambio es necesario porque un médico lo indica. Tampoco podríamos decir que de golpe se diagnosticaron un montón de personas y que eso aumentó la demanda”, dijo Di Bello, y agregó que el argumento vinculado con las nuevas recomendaciones también “es una gran mentira”.

Vida en riesgo

La falta de medicamentos originó diversas estrategias para que quienes los necesitan puedan seguir controlando su estado de salud. Una de ellas fueron cambios en los tratamientos, algo que suele ser estresante para los pacientes que están teniendo buenos resultados con un esquema en particular, incluso cuando deben modificarlo por indicación del médico. Otro fue el fraccionamiento.

Di Bello (al micrófono en la foto) recordó que hace dos años que están reclamando por la falta de reactivos para los análisis de carga viral en sangre y CD4 (que detecta el estado del sistema de defensas del organismo), que deberían ser de rutina puesto que esos datos son imprescindibles para conocer si el tratamiento está dando los resultados esperados.

“Nos están entregando medicamentos para cinco o diez días, y hasta están entregando medicación vencida”, denunció Edgardo Core, del Frente Nacional de Personas Viviendo con VIH y el grupo Mayores en la Diversidad. “A mí no me cambiaron en tratamiento porque no lo acepté, pero estoy sin tomar la medicación desde el martes porque no había cuando la fui buscar”, afirmó María Sánchez, de la Organización Positivos La Matanza.

“Las denuncias de faltantes se repiten en diferentes lugares del país, muchos se acercan a las farmacias de los hospitales y no están consiguiendo la medicación”, coincidió Nadir Cardoso, de la Asociación Travestis, Transexual y Transgénero de Argentina (ATTA), que también trabaja en la Fundación Huesped, y agregó que tampoco hay campañas de prevención y difusión suficientes.

Además, Di Bello recordó que hace dos años que están reclamando por la falta de reactivos para los análisis de carga viral en sangre y conteo de linfocitos CD4 (que son glóbulos blancos que combaten infecciones y desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario), que deberían ser de rutina puesto que esos datos son imprescindibles para conocer si el tratamiento está dando los resultados esperados. “Los que pueden pagan para hacerse los análisis. Los que no, aguantan y siguen con el tratamiento hasta tener la posibilidad de hacerlos”, lamentó Di Bello. “No alcanza con la medicación, también necesitamos campañas de prevención e información y campañas que hablen de la calidad de vida de las personas VIH positivas”, reclamó el periodista, escritor y activista Lucas Gutiérrez.

El ex ministro de Salud, Daniel Gollán, recordó que la situación es crítica en distintas áreas de salud: “No entregaron más preservativos y aumentó la sífilis un 300% en adultos. También empezó a circular el sarampión, porque hay esquemas de vacunación incompletos en forma alarmante, y en PAMI se están entregando 900.000 tratamientos menos con respecto a 2015”, ejemplificó el médico sanitarista.

“Nosotros no podemos esperar el calendario electoral. No tenemos tiempo. Se nos juega la salud y la vida”, concluyó Di Bello.

Fuente: Agencia TSS – Por Vanina Lombardi